Você está em:
Início
EL SEÑOR DE SIPAN, LOS ORIGENES PERDIDOS
Desde que era niño he soñado
con viajar, vivir aventuras y escribir. Y hay veces que cuando las cosas se
quieren de verdad se cumplen y he tenido la oportunidad de hacer las tres cosas
y además poderlo contar en “La
Buhardilla del Misterio”, donde comparto con los oyentes
semanalmente un poco de todo eso que me ha inquietado desde pequeño y que tras
muchos años de sueños e logrado, simplemente, acariciar.
Algunos, leyendo éstas líneas,
podréis pensar a que viene todo esto y me explico. Hay veces que para juntar
estas tres cosas no hay que irse muy lejos, ni cruzar ayen de los mares para
ver tesoros “Afortunadamente” y me refiero a la exposición del Señor de Sipán,
tesoros pre-incas de la cultura Mochica, que se está celebrando ahora mismo y
hasta el próximo 10 de Septiembre en la
Casa de Iberoamérica de Cádiz.
Cuando entré en el museo,
mis expectativas se acrecentaron y me di cuenta que, de una sola tacada, estaba
viajando, viviendo aventuras y, como podéis comprobar, escribiendo.
En 1987 tenia lugar, en el norte
de Perú, uno de los hallazgos arqueológicos mas trascendentes del siglo XX,
equivalente al descubrimiento de la tumba de Tutankamon en Egipto por Howard
Carter. Un grupo de arqueólogos peruanos, dirigidos por Walter Alba, sacaban a
la luz la avanzada civilización del pueblo Mochica, una cultura propia capaz de
construir asombrosas pirámides, palacios, ciudades y momificar a sus muertos.
Sipan albergaba una vasta
colección de tesoros arqueológicos de trascendencia mundial, que ahora visita
Cádiz, a un pequeño paso de nosotros. Una significativa selección de 195
piezas, joyas, ropajes y cerámicas originales que nos visitan desde el Perú.
Pero en sí, la exposición,
vista desde el punto de mira de alguien que lo examina todo con curiosidad, se
puede exprimir más de lo que se ve a simple vista y con este juego de palabras
paso a relatar la exposición; en primer lugar hace un recorrido por las
culturas peruanas desde la prehistoria hasta el sumun de su cultura que fue la civilización
Inca, con quien todo terminó abruptamente con la llegada de los españoles en el
primer tercio del siglo XVI.
Nos hace un muy interesante
repaso de las culturas preincas como por ejemplo las interesantes vasijas del
pueblo Cupisnique, una cultura que empezó a desarrollarse sobre el 3000 a .C., donde destacan
los curiosos círculos concéntricos que representaban en dicha artesanía.
Otra cultura bastante
interesante que floreció en Perú y que merecerá un artículo aparte, es la
cultura de Paracas (800 a .C.
– 200 a .C.),
donde a parte de su tremendo grado cultural y tecnológico alcanzado, hay que
destacar sus momias, llamando especialmente la atención sobre sus deformaciones
y trepanaciones.
Otras de las culturas pre-incas
que ha derramado ríos de tinta, es sin duda la cultura Nazca, donde destacan
sus famosa figuras de Nazca, algunas superiores a 300 metros , las cuales están
diseminadas por esos vastos territorios y apuntan al cielo, desde donde se
pueden apreciar su plenitud. El significado de estas figuras no esta claro, la
ciencia ortodoxa da pequeñas pinceladas pero por regla general enmudece,
diciendo que eran símbolos rituales para los dioses, pero aludiendo a una
pregunta retórica ¿Para qué dioses están hechas si sólo se pueden admirar desde
el cielo? ¿Tal vez dioses extraterrestres? Hay queda la incógnita y también merecerá
un artículo, una investigación y un programa de radio en un futuro.
Y como estas, una amplia
manopla de culturas que surcaron el oeste sudamericano como los Lambayeque con
su mito de Naylamp, la leyenda de un señor que creo su cultura y vino del mar.
Los Chancay, grandes artesanos y productores de telares y así hasta llegar a
los Incas, el pueblo que creo un imperio que englobo a todos los anteriores, no
exentos de misterios, como por ejemplo sus orígenes con las misteriosas hijas
del sol o el Caudillo Manco Cápac, pero que desgraciadamente por muchos
factores representó el final de una cultura nacida en el Neolítico.
Ahora nos vamos a concentrar
en la cultura Mochica en la que se centra la exposición del Señor de Sipán, la Huaca de la Luna y la Dama de Cao.
Los Moches ocuparon la costa
norte del Perú entre los siglos I y VI d.c. Desarrollaron una impresionante y
compleja sociedad llena de simbolismos y riquezas, que procede en gran parte
del medio geográfico donde habitaron. Las condiciones físicas del medio
ambiente de la costa norte podrían describirse como una estrecha y alargada
franja desértica frente al mar, surcadas por ríos de diverso caudal que generan
pequeños y fértiles oasis entorno a ellos, que albergan gran parte de la vida.
Geográficamente la aldea de
Sipan se encuentra a 30
kilómetros de la ciudad de Chiclayo y a unos 800 kilómetros de
Lima.
Como dijimos con
anterioridad el descubrimiento del señor de Sipan ocurrió en la primavera de
1987, en el yacimiento que recibió el nombre de Huaca Rajada, y donde vio la
luz por primera vez un gobernante Moche recuperado para la historia de la mano
de un grupo de arqueólogos encabezado por Walter Alba.
Recordemos que los yacimientos
arqueológicos en Perú se les denominan Huaca, de ahí el nombre de los
expoliadores de los tesoros, los famosos “Huaqueros”.
Volviendo al tema Moche
decir también que utilizaban la pirámide con un sistema sofisticado de construcción
con ladrillos de adobe y vigas de madera de algarrobos. Confeccionaban balsas y
piraguas de totora, una planta autóctona con la que podían realizar grandes
travesías.
No conocían la escritura
pero plasmaron su mundo en la iconografía de las cerámicas explicando su cosmogonía.
Otra características y de
las mas importantes, es que los Moches utilizaron el cobre intensivamente para
fabricar herramientas, armas y ornamentos. Llegaron a un gran refinamiento, la
sutileza de las joyas engarzadas con turquesas y lapislázulis son de una
belleza extraordinaria. Sólo un pueblo avanzado culturalmente podría realizar
esos trabajos, pero a la vez de ahí surgen un sin fin de dudas, a la que los arqueólogos
e historiadores sólo han sabido dar una solución bastante pobre, ¿Cómo es
posible que los Moches supiesen dorar el cobre, algo qué en Europa no se
consiguió hasta finales del siglo XVIII mediante electrólisis? Esto demuestra
que seguimos empeñados en dar una solución arbitraria a aquello que realmente
no sabemos explicar.
Y para finalizar este pequeñísimo
repaso a la cultura Moche hablaremos un poco sobre su religión. Era una
religión teocrática y militarista, es decir, que el rey tenía carácter semi divino
y gobernaba en la tierra en nombre de los dioses y a colación de esto la máxima
deidad de los Moches era el dios Ai Apaec, que significa “Hacedor”, era uno de
los dioses castigadores, el mas temido y adorado, es llamado también el
decapitador. Era adorado como dios creador, protector de los mochicas,
proveedor de agua, de los alimentos y de los triunfos militares.
Ahora a modo de conclusión os
contaré mi particular visión de lo que pude apreciar en esta exposición. La
concepción que tengo de la historia es que no sabemos realmente mirar lo que
nos ofrece está, porque como siempre digo, cometemos el fallo de explicarlo
todo con nuestra mentalidad y ahí radica el fallo. Los contextos con que se
hicieron muchas cosas en el pasado son totalmente diferente a la comprensión
occidental que tenemos en la actualidad. Por eso imaginaros por un momento que
nuestra civilización global, tal y como la entendemos ahora, desapareciese por
el motivo que fuera y que dentro de miles de años volviera a surgir nuevamente
la civilización, seguramente sería diferente a la nuestra y pongamos por
ejemplo que llegan a un nivel cultural de nuestro siglo XIX. Durante unas
excavaciones arqueológicas de la época supongamos que encuentran un DVD que
contuviese la enciclopedia británica actualizada, toda la historia de nuestra
humanidad recogida en un pequeño disco redondo, que seguramente para los
arqueólogos de la época supondría cualquier cosa menos lo que es realmente.
Ahí es donde quiero ir,
pienso realmente que la civilización humana es mucho más antigua de lo que
presuponemos en la actualidad y que seguramente puede haber habido más
civilizaciones antes que la nuestra y los restos arqueológicos de hoy son el
resumen de esas civilizaciones, lo que ocurre es que no sabemos leerlo. Por
ejemplo esas fuentes comunes de todas las culturas que han sido creadas en
puntos geográficos tan distantes poseen muchas más similitudes de las que
parece a simple vista. Volviendo a la exposición solo hay que admirar la Huaca de la luna o del sol,
que son dos majestuosas pirámides de 48 metros de alto, 228 metros de largo y 136 metros de ancho. Las
construcciones piramidales son constante en todas las grandes civilizaciones,
ya sean egipcios, mayas, aztecas, sumerios y así un largo etcétera, y todas
ellas tienen un claro carácter cosmológico estelar, como si se hubiesen puesto
de acuerdo en construir esas mega edificaciones con el mismo fin y bebiendo de
una fuete original igual para todos. Sus dioses eran dioses que provenían de
fuera y que les enseñaron su cultura y religión los cuales comparten la mayoría
de las civilizaciones antiguas. Otro ejemplo es la momificación, llevadas a
cabo de manera similar, con técnicas muy avanzadas y con el mismo fin, sus
dioses les habían explicado, independientemente de la cultura, la trascendencia
detrás de la muerte. Como éstas, muchas más pruebas y donde la ciencia sólo da
explicaciones que les parecen apropiadas para algunos incrédulos, pero una vez
que se mira con otro punto de vista, y creo que cada vez somos más miradas así,
no nos lo creemos y cada día aparecen más hallazgos que tiran al traste las cronologías
tradicionales, como es el caso de Gobleki Tepe, que ha logrado desbaratar de un
solo golpe y retrasar varios miles de años el origen del Neolítico. Yo
realmente no sé nada, cuanto más investigo mas incrédulo me siento y menos
cosas sé.
Por Juan Carlos Tamayo
Tocino y Virginia García López.
Cartel explicativo de la cultura Nazca
Disposición de las líneas de Nazca
Trepanaciones y deformaciones de cráneos de la cultura de Paracas. Obsérvese la radiografía del cráneo de la parte inferior derecha. ¿A que os recuerda?
La cultura Moche
Balsa de totora.
Dios Ai Apaec
Disposición de un enterramiento Moche