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PROGRAMA 3: LEYENDAS URBANAS
EL ORIGEN DE LAS LEYENDAS URBANAS
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La mayoría de las leyendas parten de un hecho real que experimenta una serie de transformaciones en el curso de los siglos. Se transmiten de una generación a otra y sufren modificaciones o adaptaciones locales. Se dice que son una creación colectiva y la expresión misma de la cultura y el espíritu de un pueblo. Las leyendas tienen diferentes temas centrales. Algunas se relacionan con comunidades, monumentos o fenómenos cuyo origen pretenden explicar. A partir de un núcleo, la historia crece con las distorsiones voluntarias de sus narradores o los deslices en la narración, producto de equívocos, malas interpretaciones o exageraciones que se acumulan con el paso de los siglos. Por otra parte, han dado origen a un fértil género literario, la literatura fantástica, caracterizada por su apelación a los elementos maravillosos, entre los que podemos destacar la obra de Tolkien. La inclinación, a dar vuelo a la fantasía, recorre las diferentes épocas de la humanidad, desde el surgimiento de las primeras culturas hasta nuestro presente tecnológico. Aunque las explicaciones científicas han desterrado muchos de los mitos primitivos, la voluntad de comprender la realidad mediante la imaginación se mantiene viva. De esta manera, vemos renacer viejas leyendas que sólo adquieren nuevas formas y se adaptan a otras realidades. Pueden existir dentro de un pensamiento religioso, como las abundantes leyendas de los santos católicos, pero también al margen de éste, como las cientos de historias sobre fantasmas, apariciones y objetos mágicos. Los elementos centrales de muchas leyendas ya estaban presentes en las remotas culturas, como hemos dicho con anterioridad, basadas en relatos para explicar fenómenos de importancia. Las grandes religiones del mundo, como el catolicismo, incorporaron a su discurso tradiciones legendarias: la Biblia abunda en relatos sobrenaturales y el Nuevo Testamento tampoco está exento de ellos. Las culturas de América concibieron sus propios relatos que luego se fundieron con los que conocieron después de la conquista. Las leyendas coloniales de México se encuentran entre las piezas más disfrutables del género e incluyen a uno de los personajes legendarios de mayor impacto y presencia en el folclore internacional: la Llorona y su lamento que hasta la fecha se escucha en diversas ciudades del mundo, leyenda que les contaremos en el programa de hoy entre otras. Un aspecto curioso de esta dinámica es que hoy estamos tejiendo las leyendas del futuro y transformando las del pasado. Lo queramos o no, transcurrido el tiempo, con seguridad seremos leyenda y allí estarán nuestros fantasmas para comprobarlo.
01 - Terror en Mesopotamia Los habitantes de Mesopotamia estaban convencidos de la existencia de espíritus malignos; éstos podían ser los demonios de su religión o las almas de las personas que habían fallecido. Para mantener a estos entes en calma, era indispensable que los pobladores ofrecieran constantemente ofrendas en objetos, alimentos, animales y bebidas. En caso de que éstas no los satisficieran, regresaban de la tumba para acechar y perturbar a los vivos. De acuerdo con varias leyendas de esa cultura, los entes se unían al cuerpo de las personas a través del oído y les causaban graves enfermedades. Alrededor del año 2000 a. C. también se multiplicaban las historias sobre personajes investidos de poderes mágicos capaces de provocar la ruina de sus enemigos con sólo desearlo. La única alternativa para impedirlo era el uso de sellos cilíndricos que eran manipulados mientras se pronunciaban conjuros mágicos. Las leyendas de ese estilo se multiplican. Las brujas realizaban pequeños modelos o imágenes de sus víctimas para dañarlas. Era común quemarlos y pronunciar maldiciones contra ellos. Las personas que se creían víctimas de un hechizo recurrían a exorcistas que trataban de identificar la causa del problema; por lo general ésta era alguna mala acción cometida. La curación seguía un peculiar método, que consistía en transferir la maldición o la enfermedad al cuerpo de un animal, que a veces moría sacrificado.
02 - La dama de Cheltenham Cientos de mitos en el mundo comparten elementos y anécdotas comunes; uno de los casos más peculiares es el de la Llorona, el fantasma de las calles de México. En el folclore chileno también se le llama la Llorona, y en el checo hay una figura muy semejante, conocida como 'la Llorona de las calles de Praga'. En Alemania se refiere el caso de la 'Dama blanca', la condesa Agnes von Orlamünde. Al enviudar, en 1293, planeó casarse con Alberto de Nüremberg. Para llevar a cabo sus planes, asesinó a sus dos hijos. Después de morir perseguida por la culpa de su acción, su espíritu ronda los castillos de los Hohenzollern, vestida siempre de blanco y lamentando su crimen. La otra versión más conocida de la leyenda es la 'Dama llorona de Cheltenham', uno de los casos de apariciones fantasmales mejor documentados en el Reino Unido. Entre 1882 y 1889 unas diez personas la vieron caminar y veinte más la oyeron gemir en una casa conocida como Santa Anna, en Cheltenham. Sus apariciones eran diferentes a las de otros fantasmas: surgía de día, a plena luz del sol, y podía permanecer en el jardín de la casa hasta media hora. Por otra parte, no seleccionaba a las personas ante quienes aparecía, se manifestaba por igual a los sirvientes de la casa, los vecinos o las visitas.
03 - La chica de la autopista El relato se ubica, por lo general, en las carreteras de Estados Unidos, y aunque suele adaptarse a diferentes países, el esquema narrativo es más o menos el mismo. Una noche, después de salir de trabajar, un muchacho subió a su coche y tomó un atajo mal pavimentado y oscuro para llegar rápido a casa. A la mitad de su recorrido alcanzó a ver a una joven a la orilla de la carretera haciendo dedo. El conductor se detuvo junto a ella y la invitó a subir a su vehículo. En silencio la llevó al pueblo cercano que ella le indicó y la dejó en la puerta de su casa. La vio entrar y se alejó de allí, kilómetros más adelante descubrió que la chica había olvidado su suéter. Al otro día se dirigió al mismo domicilio de la noche anterior y llamó a la puerta. Después de un rato lo atendió una mujer de edad avanzada. Cuando la señora le preguntó qué asunto lo llevaba allí, el conductor le dijo que venía a devolver el jersey de la chica que vivía en la casa. La mujer rompió en llanto al decirle que eso era imposible, ya que la chica había muerto hacía cuarenta años. Al comentar su experiencia con algunos amigos, el conductor se enteró de que aquella joven había fallecido en un accidente de automóvil, y desde su muerte se aparecía todas las noches y abordaba los vehículos de desconocidos.
04 - El video maldito Entre las leyendas urbanas con un giro sobrenatural la más conocida se refiere a un videocasete maldito. De acuerdo con una de sus versiones, dos chicas fueron a un videoclub para alquilar una película. Como no se decidían por ninguno de los títulos, pidieron ayuda a la dependiente del negocio, quien fue en busca de una sugerencia a la trastienda. Mientras tanto, una de las chicas vio un video sin caja en el mostrador y la empleada les comentó que era un video casero de su propiedad. Antes de salir de la tienda, sin que la dependiente se diera cuenta, las chicas se llevaron el video. De vuelta en su casa, donde las esperaban otras amigas, les contaron la travesura que habían cometido y, riendo, se dispusieron a ver la película. En cuanto introdujeron la cinta en el reproductor hubo un corte de corriente eléctrica; sin embargo, el televisor permaneció encendido. En la pantalla alcanzó a verse una mujer negra en una hoguera ardiente donde la estaban quemando por brujería. Ésta pronunció una maldición: todas las personas que hubieran visto la escena morirían en el lapso de dos días. De inmediato el reproductor comenzó a hacer ruidos extraños y se apagó. En un lapso de 48 horas todas las chicas reunidas esa tarde murieron en circunstancias trágicas: ahogadas en la piscina del colegio, atropelladas o en un accidente en la pista de patinaje. Esta tradición oral de los ochenta cobró forma en la novela “Ruñe” (1990) de Christopher Fowler, pero alcanzó su mayor difusión gracias a dos películas japonesas (la famosa serie El anillo, dirigida por Sadako Yamamura) que luego fueron recreadas en Estados Unidos, en la famosa pero mediocre “The Ring” (La señal)
05 - San Jorge y el dragón Jorge de Capadocia fue un soldado romano que en el S. IV se convirtió al cristianismo. Llegó a ser un santo muy venerado en la Edad Media y hasta la fecha es popular dentro del cristianismo. Cuentan que en la ciudad de Silca, en la provincia de Libia, había un lago donde vivía un dragón tan peligroso que los habitantes de la zona no podían acercarse. La bestia despedía un olor repugnante que llenaba las calles del pueblo. Para mantenerla en calma le ofrecían todos los días dos ovejas para que comiera. Cuando el alimento le faltaba, el dragón salía de las aguas, se dirigía a la ciudad y devoraba a muchas personas. Cuando el ganado disminuyó, los habitantes acordaron entregarle diariamente el cuerpo de una oveja y el de un poblador elegido al azar. Cuando llegó el turno de la hija del rey, apareció Jorge de Capadocia montado en su caballo. Al conocer la desgracia de la joven decidió ayudarla. Se encomendó a Dios y se dirigió al lago, donde hirió al dragón con su lanza. Luego lo amarró con su cinturón y lo arrastró hasta las puertas de la ciudad. Jorge les ofreció acabar con la bestia si se convertían al cristianismo. Los pobladores aceptaron y después del bautismo general Jorge mató al dragón con su espada
06 - El taxista Una de las leyendas que rondan los cementerios es la conocida como 'El Taxista'. Cuenta la historia que una fría noche de invierno, una hermosa mujer detuvo un taxi. Como hacía frío y la mujer llevaba un elegante vestido de verano, el conductor le cedió galantemente su chaqueta y ella, agradecida, le pidió que fuera a buscarla a su casa, en la calle de los naranjos. A la mañana siguiente el taxista comenzó a buscar la dirección pero nadie supo decirle dónde quedaba, hasta que un vecino le señaló que, en el interior del Cementerio, existía una calle llamada Los Naranjos. Al dar con la numeración el taxista, anonadado, encontró su chaqueta sobre la tumba 1245, y como antiguamente era usual poner fotos de los difuntos, en ella reconoció a la bella joven a quien le había prestado gentilmente su chaqueta.
07 - El rondín Durante el S.XIX era habitual que los vigilantes del cementerio hicieran sus rondas ataviados con capas. Una noche, mientras deambulaban por el sector de los pabellones donde se ocultaban delincuentes y se decía que se realizaban actos de brujería, uno de los guardias sintió que alguien o 'algo' lo agarraba la punta de la capa. Muerto de miedo se dio media vuelta y disparó al desconocido, destrozándole la cara a su compañero que se encontraba detrás de él. Desde ese entonces hay testimonios que aseguran haber visto al vigilante espectral, muerto en tan macabra circunstancia, con su arma y capa negra, observando a la gente que pasan por allí.
08 - La Carmencita La popular Carmencita, es una niña de 9 años quien, según cuenta la leyenda, murió al ser violada y asesinada el 18 de noviembre de 1949, y a quienes los visitantes han conferido carácter de 'anima vendita': la visitan constantemente pidiéndole favores y dejándole todo tipo de ofrendas. Pero la verdadera historia tras este relato es la de Margarita del Carmen Cañas Cañas, una mujer que llegó a Santiago de Chile en busca de una mejor vida, y al no encontrar buenas expectativas laborales, se dedicó un tiempo a la prostitución. Mientras ejercía su oficio conoció a Julio Marín Alemany, un adinerado y comprometido hombre que se enamoró de ella y la sacó de ese ambiente. Con el paso de los años, esta historia de amor se llevó en paralelo al matrimonio de Marín, hasta que el 18 de noviembre de 1949, Carmencita falleció producto de un shock anestésico. Uno de los último deseos de Julio Marín Alemany fue que, el día de su propio funeral, el cortejo no lo llevara directamente a su mausoleo -el que por ser un hombre acaudalado, estaba cerca de la entrada principal del camposanto-, y se diera una larga vuelta dentro de la necrópolis, y pasara frente a la tumba de Carmencita, para que su amada lo viera pasar frente a ella por última vez.
09 - La Llorona Como ya es sabido, esta es una de las leyendas urbanas más conocidas, transmitidas y adaptadas del mundo. Las versiones sobre esta mujer son tantas, como ciudades hay en el mundo, puesto que se dice que cada localidad tiene su llorona, es parte del imaginario colectivo del pueblo. Cuenta la leyenda, que en las noches de invierno, una mujer ronda el interior de los Cementerios, llamando desgarradoramente a los hijos que ha perdido. Según investigaciones realizadas tras la pista de 'La Llorona', se ha concluido que la historia de esta mujer tiene relación con un accidente sufrido por una madre y dos hijos, quienes fueron atropellados. Ella, a causa de un estado de coma profundo, no se enteró que sus hijos habían fallecido, hasta que milagrosamente salió del coma: al preguntar por sus retoños, sus familiares no encontraron la forma de contarle el trágico final de los niños. Al poco tiempo, esta mujer se enteró de la verdad, y sin tener conocimiento del lugar exacto donde descansaban sus hijos, recorrió día y noche las dependencias del Cementerio buscando la tumba de los niños. Finalmente, consumida por la tristeza, esta desconsolada madre se quitó la vida, y noche tras noche vaga llorando a sus hijos, llanto que sólo los hombres pueden escuchar.
10 - Los ladrones de órganos Los traficantes son capaces de cualquier cosa, incluso de robar los órganos vitales de una persona para venderlos en el mercado negro. Pero, ¿de verdad existen los ladrones de órganos? Seguro que habéis escuchado esta historia en más de una ocasión. La protagonizó un joven que se encontraba con sus amigos de vacaciones en una conocida localidad turística del Levante español. Como todas las noches, el muchacho acudió con sus amigos a una discoteca. Pasarlo bien, beber unas copas y, a ser posible, ligar con una chica, eran sus objetivos. Efectivamente lo consiguió. Incluso la joven a la que había logrado conquistar, una bella extranjera norteamericana con rasgos indios, le habría sugerido ira una playa perdida, para dar rienda suelta a sus deseos carnales sin que fueran observados. Hasta ahí, todo fue relativamente normal. Luego, las cosas se torcieron. Mientras se entregaban, el uno al otro, en una velada de desenfreno sexual, el joven español empezó a sentir un extraño sopor. No recordaba nada más. Cuando se despertó ya estaba amaneciendo sobre la costa. Además no se encontraba exactamente en el mismo lugar sino a unas decenas de metros de donde se entregaba en alma y cuerpo a su ligue. Lo primero que pensó es que, como consecuencia de las copas de más que había tomado, se había desmayado. 0 incluso que no era capaz de recordar todo lo que había vivido debido a su estado etílico. Sin embargo, mientras lo que creía era una resaca, descubrió una pequeña cicatriz en su espalda. El corte estaba fresco, recién hecho. Acudió a urgencias. Allí le dijeron que le faltaba un riñón...
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La mayoría de las leyendas parten de un hecho real que experimenta una serie de transformaciones en el curso de los siglos. Se transmiten de una generación a otra y sufren modificaciones o adaptaciones locales. Se dice que son una creación colectiva y la expresión misma de la cultura y el espíritu de un pueblo. Las leyendas tienen diferentes temas centrales. Algunas se relacionan con comunidades, monumentos o fenómenos cuyo origen pretenden explicar. A partir de un núcleo, la historia crece con las distorsiones voluntarias de sus narradores o los deslices en la narración, producto de equívocos, malas interpretaciones o exageraciones que se acumulan con el paso de los siglos. Por otra parte, han dado origen a un fértil género literario, la literatura fantástica, caracterizada por su apelación a los elementos maravillosos, entre los que podemos destacar la obra de Tolkien. La inclinación, a dar vuelo a la fantasía, recorre las diferentes épocas de la humanidad, desde el surgimiento de las primeras culturas hasta nuestro presente tecnológico. Aunque las explicaciones científicas han desterrado muchos de los mitos primitivos, la voluntad de comprender la realidad mediante la imaginación se mantiene viva. De esta manera, vemos renacer viejas leyendas que sólo adquieren nuevas formas y se adaptan a otras realidades. Pueden existir dentro de un pensamiento religioso, como las abundantes leyendas de los santos católicos, pero también al margen de éste, como las cientos de historias sobre fantasmas, apariciones y objetos mágicos. Los elementos centrales de muchas leyendas ya estaban presentes en las remotas culturas, como hemos dicho con anterioridad, basadas en relatos para explicar fenómenos de importancia. Las grandes religiones del mundo, como el catolicismo, incorporaron a su discurso tradiciones legendarias: la Biblia abunda en relatos sobrenaturales y el Nuevo Testamento tampoco está exento de ellos. Las culturas de América concibieron sus propios relatos que luego se fundieron con los que conocieron después de la conquista. Las leyendas coloniales de México se encuentran entre las piezas más disfrutables del género e incluyen a uno de los personajes legendarios de mayor impacto y presencia en el folclore internacional: la Llorona y su lamento que hasta la fecha se escucha en diversas ciudades del mundo, leyenda que les contaremos en el programa de hoy entre otras. Un aspecto curioso de esta dinámica es que hoy estamos tejiendo las leyendas del futuro y transformando las del pasado. Lo queramos o no, transcurrido el tiempo, con seguridad seremos leyenda y allí estarán nuestros fantasmas para comprobarlo.
01 - Terror en Mesopotamia Los habitantes de Mesopotamia estaban convencidos de la existencia de espíritus malignos; éstos podían ser los demonios de su religión o las almas de las personas que habían fallecido. Para mantener a estos entes en calma, era indispensable que los pobladores ofrecieran constantemente ofrendas en objetos, alimentos, animales y bebidas. En caso de que éstas no los satisficieran, regresaban de la tumba para acechar y perturbar a los vivos. De acuerdo con varias leyendas de esa cultura, los entes se unían al cuerpo de las personas a través del oído y les causaban graves enfermedades. Alrededor del año 2000 a. C. también se multiplicaban las historias sobre personajes investidos de poderes mágicos capaces de provocar la ruina de sus enemigos con sólo desearlo. La única alternativa para impedirlo era el uso de sellos cilíndricos que eran manipulados mientras se pronunciaban conjuros mágicos. Las leyendas de ese estilo se multiplican. Las brujas realizaban pequeños modelos o imágenes de sus víctimas para dañarlas. Era común quemarlos y pronunciar maldiciones contra ellos. Las personas que se creían víctimas de un hechizo recurrían a exorcistas que trataban de identificar la causa del problema; por lo general ésta era alguna mala acción cometida. La curación seguía un peculiar método, que consistía en transferir la maldición o la enfermedad al cuerpo de un animal, que a veces moría sacrificado.
02 - La dama de Cheltenham Cientos de mitos en el mundo comparten elementos y anécdotas comunes; uno de los casos más peculiares es el de la Llorona, el fantasma de las calles de México. En el folclore chileno también se le llama la Llorona, y en el checo hay una figura muy semejante, conocida como 'la Llorona de las calles de Praga'. En Alemania se refiere el caso de la 'Dama blanca', la condesa Agnes von Orlamünde. Al enviudar, en 1293, planeó casarse con Alberto de Nüremberg. Para llevar a cabo sus planes, asesinó a sus dos hijos. Después de morir perseguida por la culpa de su acción, su espíritu ronda los castillos de los Hohenzollern, vestida siempre de blanco y lamentando su crimen. La otra versión más conocida de la leyenda es la 'Dama llorona de Cheltenham', uno de los casos de apariciones fantasmales mejor documentados en el Reino Unido. Entre 1882 y 1889 unas diez personas la vieron caminar y veinte más la oyeron gemir en una casa conocida como Santa Anna, en Cheltenham. Sus apariciones eran diferentes a las de otros fantasmas: surgía de día, a plena luz del sol, y podía permanecer en el jardín de la casa hasta media hora. Por otra parte, no seleccionaba a las personas ante quienes aparecía, se manifestaba por igual a los sirvientes de la casa, los vecinos o las visitas.
03 - La chica de la autopista El relato se ubica, por lo general, en las carreteras de Estados Unidos, y aunque suele adaptarse a diferentes países, el esquema narrativo es más o menos el mismo. Una noche, después de salir de trabajar, un muchacho subió a su coche y tomó un atajo mal pavimentado y oscuro para llegar rápido a casa. A la mitad de su recorrido alcanzó a ver a una joven a la orilla de la carretera haciendo dedo. El conductor se detuvo junto a ella y la invitó a subir a su vehículo. En silencio la llevó al pueblo cercano que ella le indicó y la dejó en la puerta de su casa. La vio entrar y se alejó de allí, kilómetros más adelante descubrió que la chica había olvidado su suéter. Al otro día se dirigió al mismo domicilio de la noche anterior y llamó a la puerta. Después de un rato lo atendió una mujer de edad avanzada. Cuando la señora le preguntó qué asunto lo llevaba allí, el conductor le dijo que venía a devolver el jersey de la chica que vivía en la casa. La mujer rompió en llanto al decirle que eso era imposible, ya que la chica había muerto hacía cuarenta años. Al comentar su experiencia con algunos amigos, el conductor se enteró de que aquella joven había fallecido en un accidente de automóvil, y desde su muerte se aparecía todas las noches y abordaba los vehículos de desconocidos.
04 - El video maldito Entre las leyendas urbanas con un giro sobrenatural la más conocida se refiere a un videocasete maldito. De acuerdo con una de sus versiones, dos chicas fueron a un videoclub para alquilar una película. Como no se decidían por ninguno de los títulos, pidieron ayuda a la dependiente del negocio, quien fue en busca de una sugerencia a la trastienda. Mientras tanto, una de las chicas vio un video sin caja en el mostrador y la empleada les comentó que era un video casero de su propiedad. Antes de salir de la tienda, sin que la dependiente se diera cuenta, las chicas se llevaron el video. De vuelta en su casa, donde las esperaban otras amigas, les contaron la travesura que habían cometido y, riendo, se dispusieron a ver la película. En cuanto introdujeron la cinta en el reproductor hubo un corte de corriente eléctrica; sin embargo, el televisor permaneció encendido. En la pantalla alcanzó a verse una mujer negra en una hoguera ardiente donde la estaban quemando por brujería. Ésta pronunció una maldición: todas las personas que hubieran visto la escena morirían en el lapso de dos días. De inmediato el reproductor comenzó a hacer ruidos extraños y se apagó. En un lapso de 48 horas todas las chicas reunidas esa tarde murieron en circunstancias trágicas: ahogadas en la piscina del colegio, atropelladas o en un accidente en la pista de patinaje. Esta tradición oral de los ochenta cobró forma en la novela “Ruñe” (1990) de Christopher Fowler, pero alcanzó su mayor difusión gracias a dos películas japonesas (la famosa serie El anillo, dirigida por Sadako Yamamura) que luego fueron recreadas en Estados Unidos, en la famosa pero mediocre “The Ring” (La señal)
05 - San Jorge y el dragón Jorge de Capadocia fue un soldado romano que en el S. IV se convirtió al cristianismo. Llegó a ser un santo muy venerado en la Edad Media y hasta la fecha es popular dentro del cristianismo. Cuentan que en la ciudad de Silca, en la provincia de Libia, había un lago donde vivía un dragón tan peligroso que los habitantes de la zona no podían acercarse. La bestia despedía un olor repugnante que llenaba las calles del pueblo. Para mantenerla en calma le ofrecían todos los días dos ovejas para que comiera. Cuando el alimento le faltaba, el dragón salía de las aguas, se dirigía a la ciudad y devoraba a muchas personas. Cuando el ganado disminuyó, los habitantes acordaron entregarle diariamente el cuerpo de una oveja y el de un poblador elegido al azar. Cuando llegó el turno de la hija del rey, apareció Jorge de Capadocia montado en su caballo. Al conocer la desgracia de la joven decidió ayudarla. Se encomendó a Dios y se dirigió al lago, donde hirió al dragón con su lanza. Luego lo amarró con su cinturón y lo arrastró hasta las puertas de la ciudad. Jorge les ofreció acabar con la bestia si se convertían al cristianismo. Los pobladores aceptaron y después del bautismo general Jorge mató al dragón con su espada
06 - El taxista Una de las leyendas que rondan los cementerios es la conocida como 'El Taxista'. Cuenta la historia que una fría noche de invierno, una hermosa mujer detuvo un taxi. Como hacía frío y la mujer llevaba un elegante vestido de verano, el conductor le cedió galantemente su chaqueta y ella, agradecida, le pidió que fuera a buscarla a su casa, en la calle de los naranjos. A la mañana siguiente el taxista comenzó a buscar la dirección pero nadie supo decirle dónde quedaba, hasta que un vecino le señaló que, en el interior del Cementerio, existía una calle llamada Los Naranjos. Al dar con la numeración el taxista, anonadado, encontró su chaqueta sobre la tumba 1245, y como antiguamente era usual poner fotos de los difuntos, en ella reconoció a la bella joven a quien le había prestado gentilmente su chaqueta.
07 - El rondín Durante el S.XIX era habitual que los vigilantes del cementerio hicieran sus rondas ataviados con capas. Una noche, mientras deambulaban por el sector de los pabellones donde se ocultaban delincuentes y se decía que se realizaban actos de brujería, uno de los guardias sintió que alguien o 'algo' lo agarraba la punta de la capa. Muerto de miedo se dio media vuelta y disparó al desconocido, destrozándole la cara a su compañero que se encontraba detrás de él. Desde ese entonces hay testimonios que aseguran haber visto al vigilante espectral, muerto en tan macabra circunstancia, con su arma y capa negra, observando a la gente que pasan por allí.
08 - La Carmencita La popular Carmencita, es una niña de 9 años quien, según cuenta la leyenda, murió al ser violada y asesinada el 18 de noviembre de 1949, y a quienes los visitantes han conferido carácter de 'anima vendita': la visitan constantemente pidiéndole favores y dejándole todo tipo de ofrendas. Pero la verdadera historia tras este relato es la de Margarita del Carmen Cañas Cañas, una mujer que llegó a Santiago de Chile en busca de una mejor vida, y al no encontrar buenas expectativas laborales, se dedicó un tiempo a la prostitución. Mientras ejercía su oficio conoció a Julio Marín Alemany, un adinerado y comprometido hombre que se enamoró de ella y la sacó de ese ambiente. Con el paso de los años, esta historia de amor se llevó en paralelo al matrimonio de Marín, hasta que el 18 de noviembre de 1949, Carmencita falleció producto de un shock anestésico. Uno de los último deseos de Julio Marín Alemany fue que, el día de su propio funeral, el cortejo no lo llevara directamente a su mausoleo -el que por ser un hombre acaudalado, estaba cerca de la entrada principal del camposanto-, y se diera una larga vuelta dentro de la necrópolis, y pasara frente a la tumba de Carmencita, para que su amada lo viera pasar frente a ella por última vez.
09 - La Llorona Como ya es sabido, esta es una de las leyendas urbanas más conocidas, transmitidas y adaptadas del mundo. Las versiones sobre esta mujer son tantas, como ciudades hay en el mundo, puesto que se dice que cada localidad tiene su llorona, es parte del imaginario colectivo del pueblo. Cuenta la leyenda, que en las noches de invierno, una mujer ronda el interior de los Cementerios, llamando desgarradoramente a los hijos que ha perdido. Según investigaciones realizadas tras la pista de 'La Llorona', se ha concluido que la historia de esta mujer tiene relación con un accidente sufrido por una madre y dos hijos, quienes fueron atropellados. Ella, a causa de un estado de coma profundo, no se enteró que sus hijos habían fallecido, hasta que milagrosamente salió del coma: al preguntar por sus retoños, sus familiares no encontraron la forma de contarle el trágico final de los niños. Al poco tiempo, esta mujer se enteró de la verdad, y sin tener conocimiento del lugar exacto donde descansaban sus hijos, recorrió día y noche las dependencias del Cementerio buscando la tumba de los niños. Finalmente, consumida por la tristeza, esta desconsolada madre se quitó la vida, y noche tras noche vaga llorando a sus hijos, llanto que sólo los hombres pueden escuchar.
10 - Los ladrones de órganos Los traficantes son capaces de cualquier cosa, incluso de robar los órganos vitales de una persona para venderlos en el mercado negro. Pero, ¿de verdad existen los ladrones de órganos? Seguro que habéis escuchado esta historia en más de una ocasión. La protagonizó un joven que se encontraba con sus amigos de vacaciones en una conocida localidad turística del Levante español. Como todas las noches, el muchacho acudió con sus amigos a una discoteca. Pasarlo bien, beber unas copas y, a ser posible, ligar con una chica, eran sus objetivos. Efectivamente lo consiguió. Incluso la joven a la que había logrado conquistar, una bella extranjera norteamericana con rasgos indios, le habría sugerido ira una playa perdida, para dar rienda suelta a sus deseos carnales sin que fueran observados. Hasta ahí, todo fue relativamente normal. Luego, las cosas se torcieron. Mientras se entregaban, el uno al otro, en una velada de desenfreno sexual, el joven español empezó a sentir un extraño sopor. No recordaba nada más. Cuando se despertó ya estaba amaneciendo sobre la costa. Además no se encontraba exactamente en el mismo lugar sino a unas decenas de metros de donde se entregaba en alma y cuerpo a su ligue. Lo primero que pensó es que, como consecuencia de las copas de más que había tomado, se había desmayado. 0 incluso que no era capaz de recordar todo lo que había vivido debido a su estado etílico. Sin embargo, mientras lo que creía era una resaca, descubrió una pequeña cicatriz en su espalda. El corte estaba fresco, recién hecho. Acudió a urgencias. Allí le dijeron que le faltaba un riñón...