Soledad, viento, frío, agua y una venera. Estos serán los compañeros del peregrino del Camino de Santiago. El peregrinar es tan antiguo como el mismo hombre. En la más remota antigüedad, peregrinar era sinónimo de supervivencia, en búsqueda de comida, agua y mejores condiciones meteorológicas. Pero cuando el hombre toma conciencia de si mismo, logra encontrar sitios que identifica con el poder de la naturaleza y por tanto, la divinidad. A partir de entonces la palabra peregrinación adquiere un sentido espiritual.
La actual denominación del Camino de Santiago empieza a aplicarse en la Edad Media, coincidiendo con las primeras peregrinaciones a Santiago de Compostela. Pero debemos viajar hacia atrás en el tiempo y destacar que el trazado que se denomina camino francés coincide con las mismas variantes de las rutas que siguieron los pueblos primitivos para llegar hasta la orilla del atlántico, Finisterrae, o sea que cuando comenzaron las peregrinaciones a la supuesta tumba del Apóstol Santiago, los caminos ya habían sido trazados y utilizados en tiempos remotos por otros seres humanos que cubrieron sus pies con el polvo sagrado de la tierra. Y para finalizar decir que el camino tiene un gran poder. Será maestro que disciplina el cuerpo y la mente del peregrino, a la vez que le entrenara agudizando sus sentidos para reconocer las señales significativas que tendrá que interpretar según su subjetividad. Unas visibles a simple vista, sin necesidad de conocimientos previos y otras ocultas deliberadamente para que solo puedan alcanzarse tras un proceso de necesaria, anhelada y buscada purificación. Es de agradecer a los peregrinos Mónica, Marisa, Andrés y Santiago, la aportación tan fantástica que realizaron en nuestro programa del pasado viernes 28 de Enero. Para ellos van estos versos:
Con el cansancio como bandera pero cansancio que no duele sigue su camino el peregrino con ansia de llegar. Cuando hace frío los sentimientos le abrigan, cuando llueve fuerte una fuerza inexplicable los protege, solo y con el único afán de a Santiago arribar.